Los spas y los centros de bienestar son lugares de alta concentración de gérmenes, sobre todo debido a la presencia de agua, ambiente privilegiado para el crecimiento y la propagación de los microorganismos. De hecho, en las micro-acumulaciones de agua que se producen en los vestuarios o en las duchas encontramos hongos, virus y bacterias que exponen a las personas al riesgo de infecciones de distintos tipos. Además, en estos ambientes, la suciedad acumulada en las superficies antideslizantes, como los bordes de las piscinas, crea una capa resbaladiza extremadamente peligrosa tanto para los empleados como para los clientes de la estructura. Una caída accidental en el borde resbaladizo de una piscina, en el suelo mojado de un vestuario o en un plato de ducha, desgraciadamente forman parte de las causas de accidentes más frecuentes que ponen en riesgo la posibilidad de continuar con las vacaciones.